Ficha Técnica: Ruta del Nacimiento del Río Borosa (P.N. de la Sierra de Cazorla, Jaén).

La ruta que proponemos en nuestro viaje de fin de semana a la Sierra de Cazorla es una clásica dentro de nuestra asociación por haberla realizada en varias ocasiones, lo cual no la desluce ni le quita un ápice de interés, pues los que la hayan hecho descubrirán cosas nuevas y aquellos socios nuevos que la realicen por primera vez, se llevaran toda una sorpresa y a buen seguro que regresaran con la mochila cargada de sensaciones, recuerdos, contrastes y un paisaje, en su conjunto, difícil de olvidar (la Cerrada de Elias, las aguas del propio río Borosa, el nacimiento del río, las lagunas de Aguas Negras y Valdeazores, los saltos y cascadas de agua, y un paisaje que se divisa desde arriba, desde la entrada a los túneles, que nos hará creer que estamos aún en un sitio virgen), no en vano es la ruta más transitada en el P.N de la Sierra de Cazorla, Segura y las Villas, y considerada para otros muchos como una de las mejores de España, a la altura de la celebérrima Ruta del Cares.

Vamos a intentar aquí realizar un descripción pequeña de la ruta, acompañada de fotos tomadas en años anteriores, las cuales podéis ver en más resolución y comentadas, haciendo clic en ESTE ENLACE, así como otros datos más técnicos como: desniveles, cotas, perfiles altitud, etc. y comentaros de paso, que la ruta gana mucho si se hace después de una época de lluvias, porque podríamos ver un río más caudaloso, con sus agitadas, cristalinas, frías y raudas aguas que bajan desde los roquedales, y porque en la parte final, a partir de la central eléctrica, podremos quedarnos con la boca abierta observando los saltos de aguas o las largas cascadas como largas colas de caballo desprendiéndose desde el alto de auténticas paredes verticales de piedra caliza, un espectáculo.

El punto de referencia para el inicio de la ruta es junto a la Torre del Vinagre, situada junto a la carretera que atraviesa el parque y que va desde la localidad de Cazorla hacia el embalse del Tranco (inmortalizada toda esta zona en los célebres e inolvidables capítulos de “El Hombre y la Tierra”, del gran Félix Rodriguez de la Fuente, del que se cumplen ahora los 35 años desde que nos dejara para siempre).

En este recinto de la Torre del Vinagre, encontraremos el centro de interpretación de la nEPSON DSC pictureaturaleza, un museo y un jardín botánico. Podríamos empezar la ruta desde aquí, continuando por el carril asfaltado que sale a la derecha de la carretera, que atraviesa el Guadalquivir, en este punto aún un río joven, y después el río objeto de nuestra ruta, el Borosa (afluente del Guadalquivir), y que durante un pequeño tramo nos llevaría hasta la piscifactoría de truchas, pero lo mejor sería quitarnos el tramo asfalto y comenzar precisamente aquí, junto a la piscifactoría, donde comienza la ruta realmente.

El trazado de la ruta podríamos dividirlo en tres partes: la primera iría desde el punto de inicio hasta el final de la Cerrada de Elías (poco más de cuatro kilómetros), con un recorrido cómodo, llano o con subida muy ligera, con buena huella, y con mucha vegetación y arboleda que va de menos a más, transitando primero por un tramo de pista y más tarde por caminos y por la maravillosa Cerrada de Elías, siempre junto al río, al que cruzaremos por varios puentes; la segunda, desde el final de la Cerrada de Elías hasta la central eléctrica (unos tres kilómetros aproximadamente), aquí el camino también es cómodo pero la cosa cambia, porque ahora ya comenzamos a subir de forma constante y progresivamente, aunque no se nos hará tan dura porque el camino-pista sigue teniendo buena huella, y porque la subida estará aderezada con las amplias vistas que tendremos después de salir del estrechamiento de la Cerrada, con las montañas y roquedales frente a nosotros y siempre rodeados de un gran manto de vegetación y arboleda, divisando en algún momento, a lo lejos, sobre todo si vamos precedidos de una época de lluvias, un gran salto de agua, y por supuesto, realizando alguna pequeña parada para tomar aire y seguir hacia delante; y por último la tercera parte, desde la central eléctrica hasta el nacimiento del Borosa (de otros tres kilómetros más o menos), hasta la parte alta donde se encuentran también las dos lagunas, dentro de un paisaje idílico, que sería la recompensa al esfuerzo que hay que realizar, porque éste último tramo es el que más esfuerzo exige, al ser la pendiente mucho mayor, y en algunos tramos también hay muchas piedrecitas sueltas y gravilla, lo que puede hacer que podamos tener algún que otro resbalón, sobre todo después en la bajada donde habrá que echar mano de los “frenos abs” (así que cuidadín en la bajada, al regreso, con las rodillas). Este último tramo es más duro, sobre todo hasta que lleguemos a la zona de los túneles excavados en la roca.

Los que estén mejor preparados físicamente no tendrán ningún problema, y aquellos menos habituados a realizar esfuerzos, pues decirles que simplemente es cuestión de tomárselo con calma, recordad que no tenemos prisa y que vamos a disfrutar, no estamos compitiendo con nada ni con nadie y cada cual que suba a su ritmo, así que en este último tramo: “tranquilidad, despacito, y pa’lante como los de alicante”, sin miedo, que la recompensa final bien merecerá el esfuerzo realizado, además, recordando ahora uno de mis viajes veraniegos en bicicleta, cuando iba recorriendo tierras italianas, subiendo algún puerto de montaña al cruzar los Apeninos, recuerdo que los italianos, muy cachondos ellos, porque mientras ellos subían en coche yo iba con mi bici cargado con todos los cachibaches, alforjas, y demás artilugios, retorciéndome y haciendo mas eses que un borracho, yendo a la velocidad de las mariposas, recuerdo que bajaban la ventanilla del coche y me decían algo así como: “piano, piano, se arriva lontano”, que más o menos viene a decir algo así como: “despacito, despacito, se llega lejos”…. pues eso os digo yo a aquellos que vayáis subiendo más tranquilos, porque despacito, despacito, seguro que llegáis todos arriba y podréis disfrutar de un lugar maravilloso.

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Tramo inicial del recorrido, donde el Arroyo de las Truchas se une al Río Borosa, siempre con aguas cristalinas, puras…

Una vez desmenuzada la ruta en estas tres partes diferenciadas por los diferentes tramos de subida, voy a intentar describir el recorrido con algo más de detalle, partiendo de que el recorrido puede tener un longitud, de unos 10 u 11 km en función de si se llega solo al nacimiento del Borosa o hasta la Laguna de Valdeazores, a los que por supuesto, habrá que añadir la misma distancia para volver, porque la ruta es lineal, o sea, que subiremos y bajaremos por el mismo sitio, por tanto, la longitud total de la ruta será de unos 20 o 22 kilómetros, sumando la ida y la vuelta.

EPSON DSC pictureLa primera parte de la ruta, una vez que nos bajemos del bus, comienza por una pista cómoda, prácticamente llana, siempre con el río Borosa a nuestra derecha, con sus aguas inmaculadas. Pasaremos por una fuente que nos queda a la izquierda y donde podremos reponer nuestros botes con agua fresca para la subida, aunque nos encontraremos algunas fuentes más durante el camino.

Al poco de empezar a caminar, ya veremos como al Borosa, que baja en perpendicular al Guadalquivir donde desemboca, se le une por la derecha (en el sentido de la subida) el Arroyo de las Truchas, en un paraje de gran belleza.

A los 3 km desde el inicio, cruzaremos por primera vez el río, por el Puente de los Caracolillos, siguiendo ahora por el margen derecho, hasta que tengamos de nuevo que saltar al otro margen después de pasar por otro puente, continuando por la pista forestal por la que comenzamos, pero será por poco tiempo, porque pronto veremos una bifurcación, en la que abandonaremos la pista para coger un camino-senda, en una zona a la que llaman Vado Rosales, que se arrima más al río, transitando por una espesa vegetación, que en este primer tramo es una mezcla entre una repoblación de diferentes tipos de pinos, y de especies autóctonas, más de bosque mediterráneo, como pueden ser quejigos, madroños, durillos, etc… Una masa forestal que nos rodeará hasta vernos inmersos totalmente dentro de ella, sintiéndonos aprisionados entre la espesa y rica vegetación (podemos incluso ver fácilmente la “planta carnívola” junto a los roquedales) y el cauce del río, y más sensación de estrechamiento tendremos poco después, porque acabamos de entrar en una de las zonas más bonitas de la ruta, la conocida como la Cerrada de Elías, y preguntaréis ¿qué es esto? ¿en qué consiste?, pues bien, se trata de un estrechamiento natural, un cañón formado por el transcurrir de las aguas del río que a lo largo de los tiempos han ido horadando la roca caliza, desgastándola, comiéndosela, cortándola cual cuchillo caliente la mantequilla, haciendo que ahora el rio transite entre dos paredes rocosas casi verticales, sin apenas espacio entre las aguas y la roca, lo que hace que excepto en épocas de muy poco caudal, sería casi imposible seguir hacia delante a no ser que nos mojáramos o fuéramos por el propio cauce del río (antigua senda de pescadores), pero para evitar esto y hacer esta parte transitable para el mundo del senderismo y de los amantes de la naturaleza en general, se ha creado una pasarela de madera anclada a la pared rocosa de la parte derecha (siempre en el sentido de la subida), por lo que una vez que crucemos de nuevo el río por un pequeño puente de madera, seguiremos andando por este estrechamiento natural, por este cañón, por la pasarela de madera, con las aguas bajo nuestros pies y en un entorno y espacio únicos, que dependiendo de la hora del día por la que se pase por allí, se puede disfrutar de un juego de luces, de contrates, de claro oscuros, al filtrarse los rayos de sol entre la vegetación y el cañón para llegar hasta el fondo de éste. Un espectáculo que para los que nos hayan vistos parajes de este tipo quedaran sorprendidos y no pararan de hacer fotos y más fotos, al margen de contemplar el espectáculo y sobre todo, si el río lleva un buen caudal, haciendo que la sensación de andar por encima de él sea aún más gratificante.

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EPSON DSC pictureEs las dos imágenes de arriba, algunos de los puentes por los que se pasa, y la segunda, el puente al salir del cual se inicia el tramo de pasarela por la Cerrada de Elías.

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EPSON DSC pictureEn las dos fotos de arriba, típicos tramos de la Cerrada de Elías, el estrechamiento natural formado por el río.

La segunda parte de la ruta la comenzamos al salir de la Cerrada de Elías (un corto tramo pero delicioso) después de unos 4,5 km recorridos, o algo menos, y tendremos la misma sensación que si salimos de un túnel, porque pasamos del estrechamiento, del cañón, a contemplar espacios abiertos, siempre con las perspectivas de los grandes peñones rocosos que tenemos al frente y de toda la sierra que nos rodea, siempre con una gran vegetación, aunque ahora no nos sentiremos tan “aprisionados”, los espacios como digo son más abiertos, y la senda de nuevo se convierte en camino-pista, de huella fácil, aunque a partir de aquí, termina la parte de “llaneo”, para comenzar una subida constante, progresiva, que nos llevará hasta la Central Eléctrica del Salto de los Órganos, después de 7,2 km recorridos (antes habremos pasado por otra fuente, la de “Huelga nidillo”, a unos 6 km del comienzo de la ruta).

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Aproximación a la «central eléctrica de los órganos».

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En la segunda parte de la ruta, hasta la central eléctrica, ya podemos ver los saltos de agua precipitándose desde las alturas de las paredes calizas.

EPSON DSC pictureLa tercera parte, la más dura y más exigente a nivel físico, comenzará junto a esta central eléctrica, donde creo recordar que había algunas señalizaciones con la distancia hacia el nacimiento del Borosa y hacia la laguna de Valdeazores, y donde dejamos la pista para continuar por una senda, con peor huella, donde después de un pequeño tramo entre vegetación y arboleda, pasaremos a la parte seria de la ruta, una fuerte ascensión con parte de firme de gravilla y piedrecillas sueltas, un tramo más exigente que nos llevará hasta los túneles, pasando ante por un bello entorno donde podremos contemplar frente a nosotros la conocida como la Cascada o el Salto de los Órganos, producido al precipitarse las aguas del incipiente río Borosa, sobre una pequeña laguna o poza, aunque ya desde mucho antes, y si ha sido época lluviosa, después de dejar atrás la Cerrada de Elías, podremos divisar al fondo, al frente y ligeramente hacia nuestra derecha, el gran salto de agua que sale como un chorro despedido desde el enorme farallón que aparece allá, en las alturas, a donde prácticamente tendremos que subir nosotros.

En el Salto de los Órganos podremos hacer un pequeño descanso, para tomar aire, coger fuerzas, hacer fotos, refrescarnos y contemplar el entorno, antes de proseguir con el último tramo para salvar los ‘escalones‘ rocosos que sortearemos a base de subir un fuerte desnivel entre curvas y curvas, hasta llegar al primer túnel.

Antes de entrar en los túneles, podemos mirar la vista atrás, y contemplar la subida realizada y el bello paisaje, la naturaleza que nos rodea, un entorno grandioso, espectacular.

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Entrada al tramo de los túneles.

Los túneles no son más que eso, túneles horados por la mano del hombre en estos peñones rocosos, algo que le da también su puntito a la ruta. Son dos tramos de túneles, con algunos huecos en el lateral derecho de la roca, a modo de ventana, para dar algo de luz, y donde por la parte izquierda de ellos transita un canal que llevará el agua desde las lagunas hasta la central.

Estos túneles no implican ningún riesgo ni peligro, quizás algún tramo más oscuro, pero poco más, y a la salida del segundo túnel estaremos ya a las puertas de la Laguna de Aguas Negras, dentro de un majestuoso entorno, con una espectacular vegetación entre la que según leí en su día, se encuentran bojes, tejos, acebos y otras especies lacustres, a demás de las dos lagunas que nos encontraremos allá arriba.

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Laguna de Aguas Negras

Hasta aquí habremos recorrido unos 10 km, ahora podemos seguir por la senda de la izquierda y en menos de 500 metros llegar al nacimiento del río Borosa, y después, podemos deshacer estos metros y seguir por la derecha, atravesando la presa y por un camino-pista, llegar al cabo de un kilómetro a otro bello enclave, la Laguna de Valdeazores, para disfrutarla.

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En esta foto, junto al nacimiento del río Borosa.

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El compañero Fernando contemplando la Laguna de Valdeazores.

Aquí arriba, podemos aprovechar para comer y reponer fuerzas después del esfuerzo. Terminado el descanso y algún remojón, el que quiera, en las frías aguas de las lagunas, podemos emprender la vuelta, que al ser ahora en bajada, nos hará ir más relajados, aunque a algunos se les puede hacer larga, al menos, hasta llegar de nuevo a la Cerrada de Elías.

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Vistas que pueden contemplarse desde la zona de entrada a los túneles.

LOS DATOS TÉCNICOS DE LA RUTA SON:

Distancia:           23,57 km (hasta la Laguna de Valdeazores, incluida la ida y la vuelta).
Cota Máxima:   1.300 metros.
Cota Mínima:       653 metros.
Desnivel de Subida Acumulado: 632 metros.
Desnivel de Bajada Acumulado: 632 metros.
El Track de la ruta para GPS podéis descargarlo desde ESTE ENLACE.

Mapa y perfil del recorrido:

Nacimiento del Borosa

Publicado en Ficha Técnica, Senderismo.

5 Comentarios

  1. Yo la he recorrido muchas veces, ésta preciosa ruta. Decir que los vehículos se dejan en la piscifactoría, buscas quién te lleve con un coche, un particular autóctono de la zona, sobre 20 euros por persona y te sube a 44 kilómetros de distancia dejándote en las cadenas en la carretera que va a los llanos de namperea, a 6 kilómetros de las lagunas, ya haces toda la ruta entera sin repetir recorrido y todo para abajo. Un saludo.

  2. Acabamos de llegar, nos a gustado mucho , esta muy bien señalizada y aunque a primera hora hacia frío 0 grados , con la caminata se va cogiendo calor . Además hemos pasado el fin de semana en Arroyo Frío y sin duda repetiremos. Enhorabuena buena por el sitio y el buen trato al viajero.

    • Nos alegramos de que disfrutárais del fin de semana y de esta bonita ruta y de que os haya salido todo bien… y en cueanto a lo del frío por la mañana… pues casi que se agradece a primera hora porque es cuando toca subir y uno entra en calor rápidamente. Un saludo.

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