GR-7 – Etapa: Ardales – Estación del Chorro (Málaga), sábado día 10 de marzo.

El recorrido que proponemos realizar para el sábado 10 de marzo, dentro de nuestro fin de semana del «Caminito del Rey«, no es otro que una de las etapas del GR-7 (sendero de Gran Recorrido que conecta Andorra con el estrecho de Gibraltar, siendo el primero de los GRs en señalizarse en España), el cual forma parte a su vez, del Sendero Europeo E-4, llamado del Peloponeso, que conecta Tarifa con el templo de Delfos en Grecia, siendo el más largo de Europa.

Por otro lado, esta etapa también coincide con la etapa 21 de otro GR, el de  La Gran Senda de Málaga (GR-249) que es el sendero de Gran Recorrido (GR) que da la vuelta a la provincia de Málaga siguiendo su perímetro a lo largo de más de 650 kms. En sus 35 etapas, este GR permite al senderista conocer tanto la costa como el interior de la provincia y sus numerosos y preciosos municipios. Está dotado de una infreaestructura deportiva que permite enlazar desde actividades como el senderismo, con otras como el rafting, las vías ferratas, piragüismo, bicicleta de montaña, descenso de cañones, escalada deportiva, etc.. no en vano, es una senda que recorre CUATRO Parques Naturales, DOS Reservas Naturales y TRES Parajes Naturales, por no hablar del rico patrimonio histórico por el que pasa. De las 35 etapas con que cuenta, dos de ellas pasan por el entorno del “Caminito del Rey”, y concretamente una de ellas, la etapa 21-Estación del Chorro-Ardales, es la que nos proponemos realizar (aunque con alguna modificación, puesto que nosotros no nos desviaremos hacia la localidad de Carratraca).

Se trata de una etapa entre Ardales y la estación del Chorro (en la provincia de Málaga), lineal, de unos 18 kilómetros de longitud y muy asequible para casi todos, aunque comenzará con una larga subida al dejar atrás  Ardales, pero una vez que se lleguemos al punto más alto del recorrido, siempre transitaremos por las lomas de las sierras, con un recorrido “tobogán”, de cortos sube y baja, pero por caminos y pistas con buen firme, excepto los 3 km de bajada en la parte final hasta el Chorro, que son precisamente a los que más atención debemos prestar, por ser un tramo de sendero en brusco descenso, con firme irregular y piedras sueltas; a parte de esto, tambien tendremos un pequeño tramo de un kilómetro aproximadamente, de carretera. La cota máxima la alcanzaremos en el paraje de la Alamedilla, con 648 m., mientras la mínima la alcanzaremos al llegar al Chorro, 242 m. (en el embalse).

La línea naranja es la que marca el recorrido que tenemos previsto realizar; en la esquina inferior derecha, el perfitl de recorrido.

Comenzaremos la ruta en el pueblo de Ardales, teniendo como referencia el “Centro de interpretación de la prehistoria” situado a la entrada de esta localidad. Desde aquí iniciaremos la marcha abandonando el pueblo por una zona de ‘huertos municipales’ y tendremos que seguir hasta cruzar por debajo la carretera A-357, girando después a la izquierda, por el camino de la Alamedilla, aunque en este punto ya nos encontraremos con las señales que nos indicarán la dirección y distancia hacia el Chorro, el punto final de nuestro recorrido. Desde que tomemos este camino, iremos durante unos kilómetros en continuo ascenso, hasta que alcancemos la cota más alta del recorrido, pero podemos realizar alguna que otra parada para descansar y mirar hacia atrás, teniendo unas buenas vistas de Ardales, un pueblo blanco de calles estrechas, sinuosas y con muchas cuestas, y de entre las que sobresale un picacho sobre el que en su día se asentó una fortaleza, el “Castillo de la Peña”, del que hoy solo quedan unas ruinas… y así, al cabo de unos 2,5 km, llegaremos al paraje conocido como la “Cucarra” y de nuevo con unas vistas muy buenas al mirar atrás de Ardales y el entorno en el que se asienta; a la derecha tendremos el arroyo de las Caleras.

Panorámica desde el Paraje de la Cucara, al volver la vista atrás. Se puede ver el pueblo de Ardales y el entorno en el que se asienta. La flecha amarilla marca la peña donde se asientan las ruinas del Castillo de Ardales. [Foto del usuario de wikilock «toloqueverdeguea«].

En el km. 4, aproximadamente, cruzaremos el arroyo de la Zahúrda donde encontraremos árboles de gran porte y antes de cruzar este arroyo, habremos dejado a la derecha el desvío hacia la “Cueva de Ardales”, esa cueva que junto con la de Maltravieso, en Cáceres, y la de la Pasiega en Cantabria, saltaron a finales del mes pasado a los medios de comunicación (todos los telediarios, prensa escrita y online, redes sociales, etc.) porque según las últimas investigaciones, en ellas se encuentran las muestras de arte rupestre más antiguas del mundo, con al menos 64.000 años, “por lo que no pueden ser atribuidas al Homo sapiens, la especie a la que todos pertenecemos, y sus verdaderos autores, según dicen los investigadores, deben ser por fuerza neandertales, nuestros primos inteligentes, que en esa época eran los únicos que habitaban Europa; todavía faltaban 20.000 años para que llegáramos nosotros… Los hallazgos suponen la primera evidencia clara de que esos homínidos extintos dejaron su huella voluntaria en las paredes y sugiere, una vez más, que lejos de ser unas bestias torpes y estúpidas, eran unos seres sofisticados que poseían una capacidad cognitiva, simbólica y artística similar a la nuestra (el que esté interesado puede leer más sobre este tema haciendo clic AQUÍ).

Dejando a un lado esta reseña, y siguiendo con nuestro camino, dejaremos poco después, también a la derecha, el Cerro de Don Pedro de 669 m. En este punto, también a la derecha, pero mucho más al fondo, quizás se pueda ver la Sierra Blanquilla, cuyo nombre supongo viene de las dolomías y calizas que la forman.

Al llegar aproximadamente al kilómetro cinco alcanzaremos la cota máxima de la ruta, con 648 m. entrando en el paraje de la Alamedilla.

A poco más de un kilómetro, cruzaremos el arroyo del Granado, en el paraje del Puerto de la Riela. A partir de aquí entraremos en una sucesión de lomas, de terrenos arcillosos y roquedos de arenisca, salpicados de cortijos y casas de aperos (Casa del Chaparral de Colilla, Rancho del Boina, Merchano, o la Casa Bolero), algunas de ellas en lo que se conoce como  paraje de las Esperillas. Los antiguos viñedos perdidos durante la epidemia de la filoxera han sido sustituidos por cultivos de secano, predominando los almendros, junto a otras zonas poco propicias para el cultivo y dedicadas al pastoreo de cabras y ovejas.

Panorámica desde el mirador del Paraje de las Esperillas [foto del usuario de wikilock «toloqueverdeguea«].

Poco después dejar a un lado la Casa Bolero, llegaremos a la Carretera MA-448, al tiempo que nos adentramos en un bosque de pinos. Se llega a esta carretera después de caminar por una pista en buen estado (aunque a mi, particularmente, las pistas y caminos amplios me acaban aburriendo) que transita por una loma que es la divisoria de aguas, a un lado, a nuestra izquierda, la cuenca del arroyo del Granado, y al otro lado, hacia la derecha, la cuenca del río Guadalhorce.

Deberemos seguir durante un kilómetro aproximadamente, por esta carretera, aunque no llevaremos 300 metros caminando por ella cuando nos toparemos con el desvío a la izquierda para ver las ruinas de la ciudadela de Bobastro, que se convirtió en la capital de la revuelta mozárabe contra el estado cordobés, refugio del caudillo Omar ben Hafsun, desde donde hostigó a los militares del emirato y pactó con los alcaides locales, hasta conseguir gran cantidad de aliados entre las gentes de la montaña de Málaga.

La basílica mozárabe y ruinas de Bobastro, «Rincón Singular» de la provincia de Málaga, es un conjunto arqueológico medieval que data de los siglos noveno y décimo entre los que destaca la iglesia rupestre mozárabe, de planta basilical con tres naves y arcos de herradura, toda ella excavada en la roca y anexa a un complejo eremítico conventual, construida en torno al año 917 después de Cristo. El que esté interesado en conocer y profundizar un poco más sobe la historia de Bobastro, puede hacerlo en ESTE ENLACE.

Fotos de la iglesia rupestre mozárabe de Bobastro obtenidas de la web del Caminito del Rey.

Aquí me permito la licencia de mostrar una foto, en el que la persona que aparece difuminada al fondo entre las ruinas de la iglesia rupestre de Bobastro, es la que esto escribe. Es una foto de un 21 de Frebrero de 1997, hace ya 21 añitos de nada, cuando no había vallas, ni paneles informativos, ni visitas guiadas, ni nada de nada, cuando el recinto donde se encuentran estas rutinas estaba abierto, libre y cuando el Caminito del Rey no tenia el turismo masivo que tiene ahora…

Tanto si se visitan la iglesia rupestre y ruinas de Bobastro, como si no, deberemos continuar por la carretera que traíamos, pasando por una cascada/manantial, y en una curva de herradura que hace la carretera, nosotros deberemos seguir rectos, saliendo de la carretera por un camino (puede que tenga en su inicio una barrera, como la de los parkings), o lo que es lo mismo, en esa curva pronunciada, de 180 grados, deberemos coger el desvío a la izquierda, para seguir con nuestro trazado del GR7, que ahora se limita a bordear el embalse superior del Tajo de la Encantada, aunque al principio lo que realmente bordearemos es su muro. Se trata de un embalse ‘artificial‘, por decirlo de alguna manera, ya que sus aguas proceden del embalse del Tajo de la Encantada que está abajo, donde también se encuentra la pedanía del Chorro, y con el que se conecta a través de una gran tubería forjada (la veremos en el descenso final, a nuestra izquierda); unas aguas que se utilizarán para el aprovechamiento hidroeléctrico al dejarlas caer posteriormente, por gravedad, otra vez al embalse inferior, de la que procedían.

Sin duda, esta última parte, desde que lleguemos a las ruinas de Bobastro y hasta que finalicemos la ruta en el Chorro, es lo más espectacular del recorrido. Estamos en el Paraje de la Mesa, y es que nos encontramos en la cima de un monte “chato”, la parte superior de las Mesas de Villaverde, una cima plana, no se si es por eso por lo que toma el nombre de “mesa”, pero lo cierto es que al bordear el embalse y llegar a uno de sus extremos nos vamos a encontrar una sucesión de miradores naturales espectaculares, desde donde vamos a tener una posición inmejorable para contemplar todo lo que nos rodea y conocer más estas comarcas de Guadalteba y del Valle del Guadalhorce; veremos el Tajo de la Encantada, que da nombre al embalse, y desde el mirador se puede ver el “Tajo o Desfiladero de los Gaitanes”, con sus dos gargantas, la superior y la inferior (por el que discurre el célebre “Caminito del Rey” y cuyo recorrido es el que tenemos previsto para el día siguiente), la Sierra de Almorchón, la espectacular Sierra de Huma con el Tajo del Estudiante (esa sierra es la que tendremos justo enfrente de nosotros cuando nos dispongamos a bajar desde el embalse superior al Chorro), el Peñón de los Hornos, etc… Todo está señalizado y con paneles informativos que nos indicarán que es todo los que estamos viendo desde ese punto en concreto… además de los buitres, que a la hora que lleguemos allí y si hace un día bueno, podremos ver sobrevolando por la zona, a la misma altura que la nuestra o incluso por debajo.

Panel que podemos encontrar en el mirador del embalse superior, antes de emprender el descenso hacia el Chorro.

Estas fotos se corresponden con las vistas del Desfiladero de los Gaitanes, tanto de su garganta norte o superior, como la de su garganta sur o inferior (por donde se termina el «Caminito del Rey«). Aunque estas fotos están hechas desde otras perspectivas, también podremos verlas desde el mirador del embalse superior, tal y como se puede ver en el panel informativo. Por estas gargantas es por donde discurre el celebérrimo «Camino del Rey«, gargantas horadadas, abiertas en las rocas calizas por el río Guadalhorce; tienen una longitud total de tres kilómetros, alcanzando alturas de hasta 300 metros y anchuras menores a 10 metros.

Después de disfrutar con estas bonitas vistas que desde allá arriba nos hacen ver donde nos encontramos dentro todo ese entorno, comenzará, al terminar de bordear el embalse por uno de sus extremos, la parte más delicada de la ruta, porque desde este punto iniciaremos un brutal descenso hacia el embalse que tenemos abajo, al fondo, junto a las casitas y estación de tren de la pedanía del Chorro (que es donde termina también la ruta del “Caminito del Rey”). Se trata de un descenso vertiginoso, hay que bajar un desnivel de 400 metros en 3 km, camino zigzagueante, con piedras sueltas y firme irregular, aunque todo es más llevadero si nos relajamos y disfrutamos de las bonitas vistas del embalse del Tajo de la Encantada que tenemos bajo nosotros, así como de todo el entorno que rodea al Chorro (pedanía del pueblo malagueño de Álora), con sus Tajos imposibles, sus paredes escarpadas de roca caliza, verticales, elevándose al cielo… territorio sólo apto para buitres y escaladores, porque si hay algún deporte con seña de identidad en esta zona, ese es el de la escalada en roca, y lo ha sido de siempre, de cuando la existencia de este entorno se transmitía de boca en boca…

Recorrido bordeando el embalse superior y descenso al Chorro, a vista de pájaro…

En esta foto se puede ver el fuerte descenso que tendremos que realizar, visto desde la subida a la Sierra de Huma.

Estas son parte de las vistas que tendremos frente a nosotros en el descenso de 3km hacia el Chorro.

El Tajo del Estudiante, en la Sierra de Huma, en más detalle.

En el descenso tendremos como referencia a nuestra izquierda, la gran tubería forjada que conecta a los dos embalses: el del Tajo de la Encantada y el superior; pasaremos por zonas de pinos y algunas sabinas, y también tendremos la oportunidad de observar, al pasar por un farallón rocoso, “la composición de esta peculiar mezcla de arenisca de color amarillento y conglomerados, predominantemente calcáreos, pero donde se observan cantos rodados de otras rocas como pizarras, esquistos o peridotitasy es que conforme descendmos iremos cortando sucesivamente 13 millones de años de arenisca sedimentaria”… ¡¡ahí es ná!!…

Al finalizar el descenso nos encontraremos con un panel indicativo de la ruta, o mejor dicho, de esta etapa del GR-7 o del GR-249 de la Gran Senda de Málaga (se trata de un panel que se coloca al inicio de cada etapa, aunque como podéis ver, nosotros la hemos realizado a la inversa, para realizar estos últimos kilómetros en descenso, en lugar de subirlos). Desde aquí, ya sólo nos quedará cruzar el puente sobre las aguas del embalse y estaremos en el Chorro, donde podremos dirigirnos al bar que hay junto a al estación de tren, para tomar unas cervezas mientras esperamos a que llegue todo el grupo. Desde este punto, al margen de que a nosotros nos recogerá nuestro propio bus, también salen autobuses cada poco tiempo hacia Ardales, que pasan también por el camping (estos autobuses son los encargados de llevar al personal que termina el Caminito del Rey al punto de comienzo de éste, ya que se trata de un recorrido lineal).

Y así terminará esta ruta, teniendo una clara impresión del enclave donde se encuentra el “Caminito del Rey”, y sirviedo como introducción a su recorrido al día siguiente.

El perfil fluvial y encajonado de este territorio malagueño, a hecho que proliferen los embalses, y así podemos encontrarnos, prácticamente pegados unos a otros, los embalses de Guadalhorce, Guadalteba y Conde de Gudalhoce, además de los embalse del Tajo de la Encantada y el superior.

Vista de los diferentes embalses de la zona, así como del embalse superior del Tajo de la Encantada, en las Mesas de Villaverde.  Tanto ésta, como la foto de abajo, están tomas desde la subida a la Sierra de Huma que realizamos en marzo del año pasado.

Podéis descargaros/consultar el track de esta ruta, en ESTE ENLACE.

Publicado en Ficha Técnica, Senderismo.

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