Dentro del fín de semana en Granada que llevará a cabo nuestra asociación, en concreto del 12 al 14 de abril, para el sábado tenemos previsto realizar una ruta senderista por los Cahorros de Monachil, una ruta que no nos dejará indiferentes y que algunos recordaran porque se hizo hace ya algunos años.
Hay previstas dos rutas, una corta, que sería una cirular de poco más de 10 km y otra ruta más larga, aunque lo de larga puede ser tanto en distancia como en tiempo, porque para la «ruta larga«, tendremos DOS posibles alternativas, y el día de la ruta, la dirección de ASTOLL en función de como se vaya desarrollando el recorrido y en función del tiempo, elegirá hacer una u otra. [¡¡NOTA!!: No olvidar llevar agua y algo de comida].
La ruta parte de la localidad de Monachil, saliendo de ella por la carretera que va en dirección al Purche. Hay un parking a la salida, en la “era de Portachuelos”, donde nos puede dejar el bus, y si no pudiera llegar a ella, tendremos que salir desde el mismo pueblo.
Desde el parking, o sea, desde la “era de Portachuelos”, ya podemos divisar lo que será la entrada a los Cahorros, en dirección este, aunque no vamos a tener la percepción de la profundidad de la garganta porque delante tenemos la pequeña meseta o altiplano donde se encuentra la “era de los Renegrales” y otras aledañas, situadas a propósito en aquellos lugares donde corría el viento para facilitar las labores agrícolas de antaño, como la de separar el grano de la paja…
Antes de proseguir, comentar que la palabra «Cahorros» creo que se utiliza para describir surcos empinados y escabrosos en las laderas de los cerros, o para gargantas, lugares fragosos y escarpados, tajaduras, desfiladeros o cañones. Otros cahorros, además de estos de Monachil, que gozan también de bastante «fama y reputación» son los Cahorros del río Chillar, en Nerja (Málaga).
Vistas desde el parking de la era de Portachuelos. El montículo de la parte central de la foto es donde se encuentra la era de los Renegrales.
Retrocederemos unos metros por la carretera, en dirección al pueblo, a Monachil, y a la izquierda, ya veremos un camino, señales y un panel informativo sobre la zona de los Cahorros (aunque nos informa de más bien poco porque el panel está muy deteriorado, todo lo contrario que el que está dentro del pueblo, junto a uno de los puentes que cruza el río) y otro cartel publicitario del restaurante Puntarrón.
Tomamos el camino siguiendo las indicaciones de los “Cahorros Altos”, y transitaremos en los inicios del recorrido, por un camino amplio, flanqueado por pequeñas huertas y muchas casitas de campo, además del paso por un bar-restaurante que dejamos a la izquierda, hasta que nos encontramos de nuevo con señales que indican bien hacia los “cahorros altos” o hacia los “cahorros bajos”. Nosotros giramos de nuevo hacia la izquierda, hacia los “cahorros altos”, y al hacerlo, nos enfrentamos bruscamente con un fuerte repecho, en una zona muy erosionada, que nos lleva hasta una pequeña meseta o altiplano, que es el que se veía desde el parking, y que no es otra que la “era de los Renegrales”, desde donde tenemos un mirador excepcional a todo lo que es la entrada de los cahorros, a la profundidad de la garganta, con el bosque de galería en sus profundidades, y las paredes calizas verticales, con tonos rojizos, que se levantan a gran altura, cual si intentaran alcanzar el sol, ése que nace frente a nosotros, por el este, y que hace difuminar el horizonte que asoma entre el corto espacio que separa las dos paredes, siempre que no esté un día nublado, claro está. En la pared de la izquierda, un sendero casi aéreo, se aferra a media altura, siguiendo cada pliegue de la pared, en ligero descenso, hasta llegar al cauce del propio río, utilizando en ocasiones escalones tallados en la propia roca. Desde otras de las eras aledañas, las vistas siguen siendo igual de espectaculares, y desde allí, también se observa otro sendero en la parte de la derecha, a la altura de las eras, pero en la otra vertiente (no estoy seguro de si es el que procede de la “Hidroeléctrica de Tranvías”, y si fuera así, creo que ese acceso está cortado).
Vistas de la entrada de los cahorros, y del sendero de la parte izquierda por el que tendremos que ir, desde la era de los Renegrales.
Foto de la «caudrilla» desde la era de los Renegrales.
Tras unos minutos contemplando las vistas y haciendo las típicas fotos, continuaremos con la ruta, siguiendo por el sendero pegado a la parte izquierda de la pared rocosa, con unas barandas de madera a la derecha como protección…
A los pocos metros de coger este sendero, podemos volver la vista atrás, hacia el oeste, hacia las eras, donde acabábamos de estar y disfrutar de nuevo de unas estupendas panorámicas.
Un poco más adelante, siguiendo en ligero descenso, y después de bajar por escalones tallados en la roca, nos encontramos con las ruinas de lo que creo que era la casa del guarda de la antigua central eléctrica que había en esta zona, y a su lado, un cartel para informarnos de las cosas que están prohibidas realizar, ya que es aquí donde se encuentra el inicio del famoso puente colgante, algunas de estas recomendaciones-prohibiciones son: no pasar más de cuatro personas a la vez o no balancear el puente.
Bajada por escalones tallados en la roca hasta la zona donde se encuentran lo que creo son las ruinas de la casa del guarda de la antigua central, en las inmediaciones del puente colgante.
Una curva, una muesca, un muerdo, un semiarco en la roca, da paso a los más de sesenta metros de puente colgante, no recomendable para los que tienen vértigos, pero el paso por él es todo un disfrute, porque podemos ver las cascadas usadas para la antigua central eléctrica, como la que sale del muro de hormigón situado en el otro extremo del puente, aunque a la derecha podemos disfrutar de otro pequeño salto de agua, además de encontrarnos con escaladores encaramados a estas paredes verticales cual salamanquesas, y es que en esta zona, en estos parajes, se encuentra una escuela de escalada…
El acceso al puente colgante y el propio puente, de sesenta y tres metros de longitud.
Al cruzar el puente es cuando nos adentramos en la zona más estrecha y espectacular de la ruta, también la más turística, todo hay que decirlo, por lo que podemos encontrarnos con otros grupos que hagan ralentizar la marcha, porque aquí la senda es para ir en fila india, por lo que habrá que tener paciencia.
La parte más estrecha de la garganta, con el sendero por la parte derecha, y entre ambas paredes de roca, el canal.
Las paredes se estrechan aún más, y en ocasiones, por las partes más altas parecen tocarse, lo que hace que a primera hora todo permanezca en completa umbría La senda sigue por la pared de la derecha, y entre ambas paredes, un canal, por lo que hay que prestar las debidas precauciones, lo cual no implica que podamos disfrutar de este excepcional, divertido y entretenido recorrido.
Hay pasos en los que las pares verticales se abomban hacia los lados, lo que dificulta la marcha, obligándonos en unas ocasiones a pasar a gatas y en otras, a pasar utilizando unas anillas de hierro sobre la roca, con el fin de agarrarnos a ellas y facilitar los pasos más escabrosos, que repito, no tienen ninguna dificultad y además pueden resultar hasta divertidos, y si además, nos encontramos con zonas de bosques de galerías, en la zona de más umbría, con el curso de agua al lado, hace que todo se funda en un puro espectáculo natural, visual.
En ocasiones, tendremos que hacer uso de las anillas puestas en las paredes rocosas, para flanquear los pasos con más seguridad, como hace mi tocayo Manolo en esta foto…
No tardaremos mucho en llegar a otros de los puntos señeros de este recorrido, me refiero a la “Cueva o túnel de las Palomas”, un túnel producto de la erosión fluvial, horadado en la roca por el río Monachil.
Entrada del túnel o cueva de las Palomas.
La salida del túnel es también espectacular. Un gran contraste de luces y colores, de la penumbra interior a la luminosidad del fondo, de la salida, donde se puede ver una estrecha y alargada franja de luz en la que en la parte baja se vislumbran los árboles que crecen junto al río, con sus hojas doradas bañadas por los rayos de sol que se cuelan ente las paredes del desfiladero, y en las alturas, podemos ver las formas caprichosas que la erosión ha ido forjando sobre la roca caliza…
Saliendo del corto tramo del túnel de las Palomas.
Arriba, las formas caprichosas que va forjando la erosión de la roca, pequeños pináculos que uno no sabe muy bien como se sujetan si llegar a caerse…
Llegamos a la última parte del tramo más estrecho de los cahorros, donde se puede formar un “tapón” o “cuello de botella”, todo dependerá de la pericia de personal o de las otras personas o grupos que vayan delante, lo cual puede hacer que tengamos que esperar un poco, aunque no importará porque podremos aprovechar para hacer fotos o contemplar el entorno.
Un pequeño atasco con otro grupo que iba por delante, antes de salir de la parte más estrecha y llegar a la zona de las Azuelas.
Al final de este último tramo, el desfiladero se abre ante nosotros, como si en un embudo pasáramos de la parte más estrecha a la más ancha… Estaremos ya en la zona o el paraje de la Azuelas o Cerro de las uvas, parece que por la cantidad de viñas que otrora habría por aquí, según he leído en otros blogs, aunque hoy en día brillan sólo por su ausencia… (por otro lado, «Hazuela» = «azuela«, es una herramienta para trabajar la madera, utilizada para desbastar, alisar, ahuecar, amoldar formas torneadas y esculpir tallas de madera, aunque desconozco porque le llaman así a esta zona).
En este punto nos encontramos con otro puente colgante, el de las Azuelas, aunque éste de apenas unos metros de longitud, y con menos “glamour”, rodeado de exuberante frondosidad y envuelto en un túnel de vegetación, en clara umbría, y dependiendo de lo que se quiera hacer, se podría cruzar o dejarlo a nuestra izquierda sin más.
Si queremos seguir hacia delante, hacia la “Hidroeléctrica de la Vega”, no haría falta cruzar el puente que nos quedaría a nuestra izquierda, bastaría con seguir la senda que tenemos frente a nosotros, sin ningún tipo de dificultad, paralela al río cuyas aguas sirven para el abastecimiento de algunos de los pueblos de la zona.
Seguiremos hacia delante, por el sendero que va por la derecha del río en la dirección que llevamos, sin cruzar el puente, en un recorrido agradable y sin dificultad física, por sendero estrecho. A la izquierda, en el otro lado del río y algo más de altura que por donde caminamos, se puede ver otro sendero, es el que traerán a la vuelta el grupo que realice el recorrido corto y puede que también el resto del personal en caso de se que se decidiera realizar el regreso del recorrido largo por esta zona.
Continuaremos caminando hacia delante por la senda, y más adelante, veremos como se nos une por la izquierda otro sendero, que no es otro que el que estábamos viendo antes a nuestra izquierda, a mayor altura, y que tras descender y cruzar el río por el “puente de las chorreras” se une con el que nosotros llevamos, en dirección a la la “Hidroeléctrica de la Vega”.
La vegetación es muy frondosa en determinadas zonas, y en aquellas otras que nos permitan tener una vista de los alrededores, podremos ver los tajos entre los que vamos encajonados, por un lado, a nuestra izquierda, el “Tajo del Cibrinalejo” y por otro, a nuestra derecha el “Tajo Contadero”.
Siguiendo con nuestro caminar, podemos también observar una acequia en la margen opuesta a la nuestra, se trata de la “Acequia de los Habices” (esto de los “Habices”, creo que vendrá, no estoy seguro, de los “bienes habices”, o donación religiosa inalienable en el Islam, normalmente un edificio o tierras ofrecidas por una persona a religiosos musulmanes o para obras de utilidad pública o caritativa; se trata en el Islam, de una donación en usufructo a perpetuidad, inembargable).
Pasaremos por algún que otro túnel de vegetación, y dejaremos a la derecha un sendero que en sentido claramente ascendente va hacia la zona de las “Sabinas” en lo que puede ser una de los dos variantes a realizar para la ruta larga, aunque ahora seguiremos rectos, dejando este desvío a la derecha, y pronto llegaremos a las ruinas de la instalaciones de antigua central, junto a las ruedas y engranajes correspondientes para abrir y cerrar compuertas, en una zona fresca, de umbría, junto al río, zona arbolada y frondosa.
Tramo de sende entre túneles de vegetación…
Engranajes y maquinaria junto a las ruinas de la antigua central…
Seguimos avanzando y no tardaremos mucho en llegar al final del primer tramo, justo a las puertas de las infraestructura de “Hidroeléctrica de la Vega”, el final del camino para los que realicen la ruta corta, porque a partir de aquí, se darían la vuelta por el mismo camino, aunque a mitad de sendero, entre este punto y el puente de las Azuelas, se desviarán a la derecha para cruzar el río por el puente de las Chorreras, y siguiendo por la otra margen, continuar en una línea paralela a la “Acequia de los Habices” a partir de la zona de las Azuelas, para después dejar esta acequia y girar a la izquierda, teniendo todo el recorrido inicial que hicimos por la parte más estrecha de la garganta, a la izquierda, y conectando finalmente con el “Camino de la solana” que nos llevaría de nuevo hasta la “Era de Portachuelos”, donde finalizaría este recorrido circular de poco más de 10 km.
Plano-mapa con el recorrido CORTO:
Datos técnicos y track del recorrido corto:
El track del recorrido corto que aparece en el mapa de arriba lo podéis descargar desde este ENLACE. Lo único que cambia con respecto a la ruta descrita es la parte en amarillo y que éste empieza en el propio pueblo. Habría que añadir el pequeño tramo que lleva hasta la «hidroeléctrica de la Vega», un tramo de ida y vuelta. Si se hace este tramo saliendo desde la era Portachuelo o si no se hace, pero se parte desde el propio Monachil, la distancia debe ser similar, o sea, entre los 10 y 11 km, con una cota máxima de 1.049 metros y una mínima de 780 m. El desnivel acumulado de subida y bajada es el mismo, 493 m.
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RUTA LARGA – Variante A:
Desde la “Hidroeléctrica de la Vega”, retrocederíamos al igual que los que hagan la ruta corta, hasta llegar al desvío a la izquierda por un sendero, situado entre las ruinas de la antigua central y el puente y fuente de las Chorreras, para comenzar desde este punto, a completar la parte circular de la ruta, con una buena subida hacia la zona de las “Sabinas” pero con unas buenas panorámicas de todo el cañón y de la zona de Azuelas, así como de la salida de la parte más estrecha de los Cahorros, viendo también, parte del recorrido corto que haría el otro grupo.
Vistas en el comienzo del primer tramo de subida de la Variante A, completando el recorrido circular. Desde aquí, se puede ver parte del recorrido CORTO, en amarillo, aunque la parte del sendero amarillo de la izquierda es común tanto para la ruta larga como para la corta. En la primera foto, en rojo, se muestra por donde discurre parte del trazado del recorrido largo dentro de la Variante A. En la segunda, la flecha roja indica el punto más alto dentro del primero de los dos tramos de subida que tiene la Variante A.
Las flechas amarillas indican el trazado que sigue la «acequia de los habices», paralelo a ella, aunque algo por debajo, irá el trazado del recorrido CORTO. La flecha azul, indica la salida de la parte más estrecha de los cahorros, desembocando en la zona de las Azuelas.
Dejaremos a la izquierda el nacimiento de las Chorreras y una bifurcación señalizada con postes, nosotros seguiremos rectos, paralelos a la garganta, en una constante y progresiva subida que se hace llevadera mientras nos deleitamos con las estupendasvistas, hasta llegar a la zona de los pinos. En este punto, es recomendable un pequeño descanso echando la vista atrás para visualizar el recorrido que hemos realizado.
En esta zona del nacimiento de las chorreras, nos encontraremos con algunas señalizaciones. Seguiremos rectos, dejando siembre la garganta a nuestra derecha, transitando paralelos a ella.
En la foto de abajo, panorámica al volver la vista a trás una vez que se llega a la zona de los pinos, en el punto más alto del primero de los dos tramos de subida de la Variante A. La flecha azul indica el punto más lejano al que se llega si se decide hacer la Variante B. La flecha amarilla indica la senda por la que los compañeros están terminando este primer tramo de subida de la «Variante A».
Los compañeros en el primer tramo de subida de la «Variante A».
Toca ahora un tramo de llaneo entre pinos hasta llegar a un nuevo desvío, o hacia la “Umbría” o hacia las “Sabinas”… Seguimos el trazado del track, hacia las “Sabinas”, a la izquierda, y de nuevo vuelve el trazado ascendente, y es que aún nos tocan subir más de 200 metros de desnivel y en un corto tramo, entre el punto donde nos encontamos y el “Collado de los Migueletes” (1.405 m.) lo que supone mayores pendientes y mayor esfuerzo.
Antes de llegar al collado, tendremos que pasar por el pico Castillejo (1.236 m.) donde se puede realizar una pequeña parada de reagrupamiento y gozar del premio de unas vistas inmejorables con Granada al fondo, y en primer término, el pueblo de Monachil, allá abajo, en las profundidades…
La flecha amarilla señala el pueblo de Monachil. algo más arriba, está Granada.Vistas desde la zona del pico Castillejo, más o menos.
De nuevo en marcha, la subida es más pronunciada, aunque al menos, transitaremos a la sombra de los pinos, con las vistas a la izquierda del Barranco de las Almencinas y más allá, el Tajo de la Sabina.
Llegaremos al collado de Migueletes (1.405 m.) y a una bifurcación, en donde tendremos que girar a nuestra derecha para enseguida, emprender el rápido y vertiginoso descenso, pero antes toca descansar un poco después del esfuerzo de la última subida y de paso, dar tiempo de nuevo a un reagrupamiento del grupo.
El primer tramo de bajada es pronunciada, en constante zig-zag, pondrá a prueba las rodillas, bajando mucho en poco tiempo, hasta llegar a un camino donde dejaremos a nuestra espalda los pinos, al tiempo que la bajada se suaviza. Poco después el camino de tierra desaparece para dar paso al hormigón como firme, caminando entre huertas y casas de campo, dejando ya cerca del pueblo, el desvío a la derecha hacia la “Hidroeléctrica de Tranvías”, que creo que era otra zona de acceso a los cahorros y digo “era” porque me parece que este acceso está cortado.
Un poco más de bajada y ya estamos en el pueblo, cruzamos el puente, una pequeña parada junto a la fuente y al cartel de la zona de los cahorros del término municipal de Monachil, y a continuación, una breve pero pronunciada subida hasta la era Portachuelos por camino-atajo o esperamos en un bar tomando unas cervezas a que llegue el resto de compañeros antes de que el bus nos recoja en el mismo pueblo.
Plano-mapa con el recorrido LARGO – VARIANTE-A:
Como se puede ver por el perfil, aunque la «Variante-A de la ruta Larga«, de unos 15 km, si bien no implica un recorrido mucho mayor que la «Ruta Corta«, si tiene una mayor dificultad, con fuertes desniveles, tanto de subida como de bajada, lo que al margen del esfruerzo físico, más tiempo para realizarla (una vez que terminar el tramo en común para los dos recorridos, el perfil de la «Ruta Larga» es mayoritariamente en subida, hasta llegar cerca del collado de Miguelete, donde estará la cota máxima, 1.392 m. o incluso algo más, mientras que la cota mínima es igual que para la ruta corta, o sea, 782 m. Os dejo AQUÍ un ENLACE con el track de referencia para esta ruta, aunque no es exactamente igual porque tiene casi seis kilómetros extras, que estarán en un tramo a partir de la «Hidroélectrica de la Vega» y que no está contemplado en esta Variante-A; el resto del track se ajusta a este recorrido propuesto, aunque en sentido contrario.
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RUTA LARGA – Variante B:
Desde la “Hidroeléctrica de la Vega”, en lugar de retroceder como harán los del recorrido corto, seguiríamos hacia delante, ya que unos metros antes de la puerta de acceso a la hidroeléctrica, a la izquierda, sale un sendero que en pronunciada subida y paralelo a una valla que quedará a nuestra izquierda, nos sitúa en pocos metros por encima de las instalaciones de la central.
Una suave y constante subida, una vez dejada atrás la «Hidroeléctrica de la Vega», con la garganta ahora a nuestra izquierda.
Vistas del recorrido del sendero y de la altura de la garganta.
Tras salvar estos escasos 100 metros de fuerte desnivel, el sendero continúa en subida progresiva, más suave, en medio de unas vistas espectaculares de este cañón, con el Peñón negro a nuestra izquierda y el Tajo de la Campana a la derecha. Recorrido bonito e interesante, encontrando en cada curva del sendero un nuevo mirador, un balcón natural, para poder ver el cañón desde perspectivas diferentes. Si seguimos avanzando, no tardaremos en ver al fondo, otras bonitas panorámicas como lo son las cimas de la zona central de Sierra Nevada, y en concreto con el pico del Veleta sobresaliendo entre ellas, y en época invernal y primaveral podremos ver sus cimas cubiertas de nieve, capirotes recubiertos de nata, contrastando con el color de la piedra caliza del cañón, rojiza en ocasiones…
El pico del Veleta, uno de los colosos de Sierra Nevada, aún con nieve.
En torno a la hora y cuarto de caminata, desde la central, con las paradas oportunas para hacer alguna que otra foto, llegaremos a un pequeño alto donde el sendero rompe su tendencia de subida y comienza a descender suavemente, aunque hay algunos pequeños tramos con pendiente más pronunciada.
Al llegar a la parte de menos altura, el cañón se estrecha más, y transitamos por la senda de la parte izquierda, con una gran pared rojiza y erosionada junto a nosotros y otro tanto a nuestra derecha. Después de salvar un paso por los bordes de un canal (cuidado para los que tengan vértigo), llegamos a un pequeño altiplano donde al volver la vista atrás, podemos contemplar la última zona por la que hemos venido, ¡otra bonita panorámica!.
Un poco más y llegamos a nuestro destino, una pequeña explanada, un sitio ideal para descansar y comer, con hierba y pequeños saltos de agua, con el sonido siempre relajante y refrescante del agua corriendo.
Este tramo entre centrales, en función de las paradas que se hagan, caminando a un ritmo tranquilo, puede hacerse entre hora y media y dos horas, más el tiempo para descansar, y sobre hora y cuarto de regreso (donde se hacen menos paradas y la mayor parte del trayecto ahora es en descenso). Por tanto, todo este tramo alternativo nos puede llevar, con las paradas sobre tres horas y media, quizás más si es un grupo numeroso.
Toca ahora retroceder, deshacer el camino andado hasta llegar de nuevo a “Hidroeléctrica de la Vega”, y a partir de aquí seguir el mismo recorrido que los que hubieran realizado el recorrido CORTO, volviendo a pasar por las ruinas de la antigua central, y cruzando el río por el puente de las Chorreras, siguiendo la línea de la acequia, dejando a la izquierda la zona estrecha de los cahorros y finalmente cogiendo el camino de la solana para llegar a la “era Portachuelos”.
Plano-mapa con el recorrido LARGO – VARIANTE-B:
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Para finalizar, os dejo en este enlace tanto las fotos que aparecen aquí como otras, con más detalles y comentadas. También os dejo un pequeño vídeo que incluiría el recorrido largo realizando las dos variantes aqúí propuestas.
Genial la exposición de la ruta!!!
Pues nada, a ver si podéis disfrutarla como lo hicimos nosotros en su día, salvo que en nuestro caso fue una ruta mucho más amplia, donde se incluían las dos variantes aquí expuestas. Espero que os salga un buen día y podáis disfrutar del entorno.
Espectacular el trabajo que habéis realizado con esta magnífica exposición. Un saludo.
Gracias, ahora solo queda disfrutarlo….