Descripción y Ficha Técnica de la ruta: Ubrique – Calzada Romana – Benaocaz – Salto del Cabrero (P.N. de la Sierra de Grazalema).

Dentro de nuestro fin de semana en Grazalema, para el sábado día 20 de Mayo, y ya que por temas de permisos y cupos de personas por día no  íbamos a poder realizar las rutas que inicialmente teníamos previsto, realizaremos una ruta lineal, de ida y vuelta por el mismo sitio, y más concretamente, la ruta será: Ubrique – Calzada Romana – Benaocaz – Puerto de Don Fernando – Mirador del Salto del Cabrero y para el domingo una ruta corta y sencilla, pero bonita y ya conocida por muchos de nuestros socios, se trata de la Ruta del río Majaceite, entre Benamahoma y El Bosque.

Para la ruta del sábado, saldremos de Ubrique en dirección a Benaocaz haciendo uso de una antigua calzada romana. Tras dejar las últimas casas y huertos de Ubrique, cogeremos un carril que rápidamente nos acercará hasta la calzada romana, camino de piedra por el que viajaron hombres, ganado, ejércitos, mercancías, etc… uniendo estas sierras con las costas gaditanas y malagueñas. No es de extrañar que en este corto recorrido, de unos 3,2 km entre estas dos localidades, se encuentren restos de ciudades romanas, como la de Ocuri, del siglo II a.C., situada en el pequeño macizo que al poco de empezar a andar podremos ver a nuestra izquierda, en el alto conocido como el Salto de la Mora, a 609 m. (el yacimiento de Ocuri se encuentra rodeado por una formidable muralla y cuenta con importantes obras de infraestructuras como depósitos de agua y conducciones, restos de baños públicos (termas), casas, el foro y el columbario; este complejo puede ser visitado desde el punto de información situado en el km 20 de la carretera que une Ubrique con Benaocaz).

Durante nuestro recorrido pasaremos por la “Piedra o Cabeza de Toro” (cabeza de toro pintada en la roca), lugar donde la leyenda sitúa la batalla a pedradas entre los habitantes de Benaocaz y Ubrique por la talla de San Blas, que los últimos pretendieron robar para casar con la Virgen de los Remedios… eso dicen…

Avanzaremos, en subida, por este tramo empedrado de calzada romana, observando algunos detalles de la construcción de la calzada romana, como las obras realizadas para evitar que las escorrentías la destruyera (al ser una zona de altas precipitaciones); el agua era recogida de las cunetas por las alcantarillas y pasaba al otro lado de la vía.

Fotos de la Calzada Romana entre Ubrique y Benaocaz, con sus cunetas, aliviaderos, alcantarillas…

Pronto atravesaremos un fantástico acebuchal, combinado con lentiscos, algarrobos, y olivos. En los alrededores de este entorno, a nuestra derecha, se encuentra la “Casa del Chite”, que alude a una antigua población de Archite, que debió asentarse en esta zona.

Ya en las cercanías de Benaocaz, cruzamos un puente sobre el arroyo Seco, donde encontramos una señal que nos explica la técnica utilizada para la construcción de las calzadas romanas.

En esta zona, nos encontraremos con un sotobosque denso, compuesto por lentiscos, aulagas y retamas, marcando los límites del camino, siendo todo un refugio para pequeñas aves.

Durante la época nazarí, este tramo de antigua calzada que recorreremos, unía los núcleos de población de Ubrique, la desaparecida Archite y Benaocaz. Este tramo de recorrido es corto, de 3,2 km, siempre en subida, para salvar los 412 metros entre Ubrique y Benaocaz. Las personas que NO quieran hacer la ruta larga, tienen la opción de dar una vuelta por Benaocaz (típico pueblo blanco serrano en el que podremos visitar el barrio nazarí o el ecomuseo histórico “El hombre y la sierra”) y regresar por el mismo camino hacia Ubrique (realizando un ruta corta de 6,5 km), ahora en un recorrido completamente en descenso. Otra posibilidad es la de esperar a que regrese el grupo que realizará la ruta larga, para todos juntos volver al punto de inicio del recorrido.

Desde Benaocaz, los que van a continuar con la ruta larga tendrán que atravesar el pueblo, saliendo de éste por la calle Pajaruco (en esta calle se encuentra la Panadería Artesanal San Antón, que podemos tomar como referencia para preguntar) para enlazar con el sendero del Salto del Cabrero.

Al salir de esta localidad, caminaremos inmersos en una zona arbolada y no tardaremos mucho en llegar al pequeño pero coqueto puente de piedra sobre el arroyo Pajaruco (este arroyo hace honor a su nombre cobijando pájaros cuyo trino podremos escuchar fácilmente en esta época primaveral).

Pasado el arroyo, no tardaremos en tener una visión más amplia del entorno por el que transitamos, ya que frente a nosotros irá desapareciendo la masa boscosa que nos cobijaba, dejando lugar a espacios más abiertos.

Pasaremos por una antigua calera (las “caleras” eran hornos donde la piedra caliza se transformaba en cal; la materia prima es abundante en estas sierras, así como su combustible, la aulaga, de la que se necesitaban más de tres mil para hacer funcionar una calera media).

Todo este tramo, entre Benaocaz y el desvío al mirador del Salto del Cabrero es en ligera pero continua subida, así que en alguna de las paradas que se hagan para descansar un poco, se puede volver la vista atrás para tener una panorámica del pueblo de Benaocaz y del enclave en el que se sitúa; por contra, si miramos hacia delante, mientras caminamos por un camino con buena huella y bien marcado, veremos el puerto de Don Fernando, al que tendremos que subir y atravesar, pasando alguna que otra angarilla-puerta entre paredes de piedra (“puertas” tipo “somier oxidado” de los de antaño, que afea el entorno, aunque igual esto ya no está después de tanto tiempo).

Vistas de Benaocaz, entre la niebla, en la subida al Puerto de don Fernando.

Cruzando la altiplanicie del puerto de don Fernando y una vez que lo dejamos atrás, llegaremos a la ‘dolina donde se encuentra el desvío marcado con placas, a unos 3 km aproximadamente desde la salida de Benaocaz. A nuestra izquierda, a unos 400 metros, está el mirador del Salto de Cabrero, nuestro objetivo en el día de hoy y punto intermedio del recorrido, puesto que el resto de la ruta es hacer el mismo recorrido pero a la inversa. Si en luga de hacer el desvío, siguiéramos de frente, iríamos al Puerto del Boyar, dirección Grazalema.

¿Qué es el Salto del Cabrero?… pues se trata de una falla, un desfiladero, una brecha que parte en dos un cerro calizo, originando paredes verticales que superan los ochenta metros de altura, dejando un paso entre ellas de no más de cincuenta metros, y todo debido a la composición caliza de estas sierras, que origina un paisaje de simas, galerías, cuevas, abrigos, y fallas.

Foto de archivo, de hace exactamente 19 años, con mi tocayo, en el mirador del Salto del Cabrero, que es el que tenemos detrás.

¿De dónde viene el nombre “Salto del Cabrero?… Partiendo de que estamos en tierras de cabreros, dada sus características, podemos a partir de aquí echar a volar la imaginación… Cuenta una leyenda que un cabrero, portando una cántara de leche para su hijo enfermo, logró dar este salto, de uno a otro lado de la brecha, o sea, entre las dos cumbres del desfiladero, casi gemelas y separadas por cerca de cincuenta metros, sin que se le cayera una gota de leche… hay otra variante de esta leyenda que cuenta que el cabrero dio el salto huyendo de un prestamista.

El Salto del Cabrero visto desde el Puerto del Boyar (en la carretera entre El Bosque y Grazalema). Al fondo la Sierra de la Silla.

PERFIL, RECORRIDO, TRACK Y DATOS TÉCNICOS DE ESTE RUTA:

El Track de este recorrido podéis descargároslo o verlo en más detalle EN ESTE ENALCE.

Podríamos haber elegido hacer una ruta circular siguiendo este mismo itinerario, y una vez en el mirador del Salto del Cabrero, seguir hacia delante en dirección al Puerto del Boyar para después bajar a la falla e ir por su interior, enlazando posteriormente con el Sendero del Ojo del Moro que nos dejaría en Benaocaz completando el recorrido circular, pero el problema es que la ruta hacia la falla y por el interior de ésta no está marcado, y el caminar por ella se hace algo tedioso para los que no estén acostumbrados, debido a las piedras y después al bosquejo que con su ramas y troncos dificultan la marcha, teniendo que buscar continuamente el mejor paso, y esto no resulta operativo para un grupo tan numeroso y tan dispar en el aspecto físico…

Otras posibles rutas circulares teniendo como eje central ésta que estamos realizando, no pueden hacerse porque en algún momento hay que pasar por la finca privada que está cerca del Puerto del Boyar, y de un tiempo a esta parte han prohibido su acceso, al parecer, por la cantidad de gente que pasaba y dejaba las cancelas abiertas, escapándose el ganado, así que al final lo de siempre, “pagan justos por pecadores”…

Publicado en Ficha Técnica.

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